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GRECIA EN PANAMAR.
El nombre Panamar, de antigua reminiscencia juvenil fue un restaurante muy famoso frente a una romántica playita que se retorcía entre negras rocas basálticas ubicada sobre la ribera de la Bahía de Panamá, al final de la calle 50 en donde hoy hay un gran edificio muy alto de igual nombre. Pero el Panamar de hoy, 60 años después, queda frente al restaurante Pomodoro, en el casco financiero y hotelero de la ciudad. Es un restaurante de mesa al público de a pié cuyo cocinero y dueño es de origen griego, muy genuino y muy de pura cepa, el chef Petros. Fui invitado por amigos griegos quienes llevaron tres vinos griegos blancos de grandes aromas frutales y de hermosos cuerpos transparentes como la luz del Mar Egeo. Uno a base de uva Malagousiá, otro de Sauvignon Blanc y el último, el Notios, un blend de dos uvas autóctonas, la Moscofílero y la Roditis. La comida de chef Petros que nos ofreció hoy a base de recetas populares y seductoras tiene para mi gusto personal la sinceridad de una romanza de amor, sencilla, directa y evocadora. Tres platos fuera de serie y fuera de la lista del menú, los cuales hay que pedir el día antes: Garbanzos Veluté, Briami, que es una saludable Ratatouille griega y el guiso o fricasé de cordero. El pulpo al carbón a la griega está en el menú. La decoración es tan humilde y espontánea como la noble calidad humana del dueño y de su distinguida esposa. Felicitaciones a ambos y al personal muy bien entrenado que nos atendió con afectuosa premura.
Salud.
Flavio
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